Solía tener una isla y una península, un continente entero. Casi podía sentir la conquista de todas las tierras, los mares y los vientos; era toda una princesa. Gozaba cada victoria y afrontaba cada derrota, pero todo imperio tiene su final y aunque el mío le daba mil vueltas al romano, se construyó con esperanza, recuerdos e ilusión; todo eso que se destruye con una simple grieta en el corazón. Y mis conquistas se revolucionaron y lo incineraron sin piedad.
Y dicen que cuando pierdes la ilusión, cuando no la encuentras ni la buscas, cuando ya no hay esperanza; alguien te tiende una mano. Se define como 'serendipia', ese gran hallazgo que no estabas buscando. O que cuando se cierra una puerta se abre una ventana y que cuando las cosas van mal ya solo pueden ir a mejor, pues si tocas fondo solo te queda subir. Te agradezco tu esfuerzo, estas siendo una gran escalera, una gran distracción. Decidí ser Colon, por eso de que hay tierras sin descubrir digo y zarpé en busca de un atajo hacia la felicidad y a la vez, tu decidiste ser America e interponerte en mi camino y aunque al principio no me di cuenta de que no eras la India, ahora me estoy acostumbrando a la novedad, a sentir que tengo el mando y que tu me dejas reinar.
Estoy cansada de tropezar siempre con la misma piedra, prefiero toparme con una montaña, prefiero que tu seas mi montaña y tener que escalar. Aunque tarde semanas e incluso meses. Y que cada día que pase me enseñes algo nuevo, de ti o de la vida o incluso de mi y poco a poco llegar a la cima para que podamos estar en lo mas alto, aunque luego me toque descender, lo haremos en paracaídas y así será menos doloroso el impacto.
Prefiero asegurarme un refugio contigo a reinar territorios que me hagan terminar en el exilio. Y es que dicen que muchas veces de los peores finales, vienen los mejores comienzos.
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