martes, 8 de abril de 2014

Hablemos de ti y de porque no quieres hablar de nosotros. II

"Dibujaban arco iris con la misma velocidad que la primavera pintaba flores en el campo. Sabían hacer salir el sol y que a su vez lloviera fuerte, jugando a ser dioses, a controlar el tiempo. Ella se acercó culpando al alcohol y se presento sin saber las consecuencias y él se parecía a los domingos, tranquilo. Pero lo único que ella le vio de domingo era el fuerte dolor de cabeza que le levantaban las resacas de sus peleas, del vaivén de sus ideas, de hacerle sentir que no valía nada o hacerle sentir como su reina y el anhelo de cada hora que pasaba sabiendo que sin el sería lunes y eso le hacia quedarse un poco mas satisfaciendo su soledad.
Pero aún así, dibujaban arco iris de un extremo al otro del cielo, por eso cuando llovía dolía menos, porque dibujaban arco iris.
Ella solo quería que él luchara, que se esforzara en convencerla de que ellos valían la pena, o la alegría. Sabía que era bueno y sabía lo que sentía por él, cada vez que llovía rezaba porque saliera el sol de nuevo, aunque tuviera que esperar mas de la cuenta y no le avergonzaba ni le molestaba tener que tragarse su orgullo si así él se sentía querido, porque ella le quería:
- Eras mi plan de huida, mi buena vida, aunque tuviéramos los días contados, aunque tuviéramos que salir corriendo; eras esa sonrisa contenida con fecha de caducidad a la vuelta de la esquina, y joder, lo que se caduca no se renueva.- Se quejaba porque él había vuelto pasado un tiempo y ella no se lo esperaba. Pero en el fondo solo quería que saliera el sol y pintar más arco iris.- Parece que nos estamos reciclando lamiendo nuestras heridas.- Las que se hicieron el uno al otro, aunque eran leves en aquel entonces. "Quien bien te quiere te hará llorar" pero ella aún no le había llorado.- Fuimos un mapa a ninguna parte.

Y es que la primera vez se estaban conociendo y cualquier cosa podía salir mal. Blanco o negro. Pero la segunda vez ella ya le conocía y el se sabía todas sus manías. La segunda vez quizás se quisieron un poco mas de la cuenta, para el poco tiempo al que estaban acostumbrados a durar.
- Entre tanto dejemos todo al azar, juguemos a improvisar, a superarnos.
Dijo con intención, con toda su mas pura y sincera intención de demostrarle a él (ya que no se lo creía) y a ella (más segura que nadie) que podían lograrlo, podían llegar a quererse bien o al menos intentarlo, intentar hacerse felices el uno al otro. Pero por mucho que ella se lo creyera, si él no se convencía nada podría salir bien."

-¿ Por qué vuelves a hablarme de ellos?
-Te hablo de ellos porque supongo que jamás les entenderé. Él parecía que la quería, ¿por qué no lucho por ella? Ella hizo todo lo posible.
- Quizás el no la quería y ella se dio cuenta, por eso se rindió.

"Si algo sabía hacer bien era luchar y a su vez, aceptar su derrota. Así que llena de dudas la acepto y él no tardo en darse cuenta, ella no tardo en manifestarlo. Esta segunda vez ella lloró y le daba pena perder a alguien que la completaba en su totalidad.
-Pienso muchas cosas que quiero decir, te lo juro, pero no se como expresarlas.
Pero ella estaba cansada de escuchar siempre lo mismo para que luego no llegará a decirle nada. No sabía si lo que él quería decir era que la odiaba o quería, que le agradecía lo que había hecho, o que realmente quería y estaba dispuesto a luchar por ella pero a su vez no sabía como hacerlo ni si merecería la pena.
- No tienes nada que decir ya.
Aunque ella se moría de ganas por escucharlo había decidido aceptar su derrota, pero seguía teniendo la esperanza de que él decidiera intentarlo, le dijera lo que tanto temía decir y por una vez lo consiguieran. Dicen que a la tercera va la vencida."

-Si dos personas se quieren y se merecen deberían de estar juntas. Creo que ella cometió un error al dejar de luchar.
-Ella bajo al mundo real. No puedes luchar por alguien que no te quiere. Ni por alguien que si lo hace pero tiene miedo a decírtelo.
-Pero ella tampoco lo dijo.
-Ella lo demostró.
-¿Y si él lo estuvo demostrando a su manera?
-Ella sabia como demostraba él su amor. Porque había visto como quería a otras y no era del mismo modo, por ellas si lucho.
-Igual ella era distinta. 
- O igual solo era una más. O igual sí, era distinta. No lo se.


sábado, 5 de abril de 2014

Aclárate y aclárame

Y dime rey,
si mientras te decidías a seducirme
ya tenías claro que ibas a hacer
de lo que podría haber sido nuestro castillo
las ruinas en las cuales mi corazón
se pierde buscándote.

O si es solamente una mala costumbre,
enredarme en el vaivén de tus ideas,
en tus idas y venidas y tu manía
de volver a enamorarme
al ver que ya no me tenías.

Aclárate y aclárame
como las acuarelas
que pintan mi sonrisa
si te tengo cerca.

O el temblar del agua
cuando toco la superficie,
de tu cuerpo digo
y cuando este se roza conmigo.

Provocas tempestades,
naufragios,
oleajes,
como sí quisieras hundir todos mis barcos
para volverme una sirena.
Tu sirena.

A veces te adelantas,
y me hundes también,
ahogándome en la orilla de tus besos,
dejándome sin aliento.

Cobarde que niega su amor,
ante el canto de su sirena,
pirata aparenta ser
sin saber usar su espada,
sin apreciar sus tesoros
sin tener si quiera un loro,

sin saber apreciar
la belleza con sus ojos.
Sin querer arriesgar,
pues dice que el tiempo es oro
pero que sabrá él del tiempo
si su sirena dorada,
cansada,
angustiada,
decide darle la espalda.

Te convenciste y me convenciste
de qué navegar sería imposible
con una sirena en el barco.

Y dime rey de los mares,
si no hubiera sido precioso
despertar de lunes a lunes
con el canto de tu sirena.

Si no hubiera sido precioso
perder el miedo al amor
y así dejar de estar sólo.