martes, 15 de octubre de 2013

Porque el amor siga sorprendiendo.

Parece mentira que quien describió el primer amor como aquel que no se olvida tuvo razón desde el principio. Se le olvido mencionar que a veces ese primer amor te pilla con 12 años y te acompaña hasta los 17 y no sabes si seguirá ahí a los 50. Y te convences de que no es cierto, de que olvidar es fácil, le esquivas durante meses, haces tu vida y el la suya y sin comerlo ni beberlo, inexplicablemente el destino vuelve a cruzar vuestros caminos y vuelves a caer en la trampa de ese primer amor. Y da igual, de quien sea vuestro corazón en esos momentos, o mejor dicho de quien aparentan serlo, porque siempre fuisteis vosotros dos y el amor es tan complicado que ni el mas sabio supo comprenderlo. Y da igual las veces que intentéis negarlo, las veces que rompáis aquello que habéis creado, el destino volverá a cruzar vuestros caminos. Y a veces crees ser feliz, ya ni siquiera recuerdas la existencia de esa persona, apenas recuerdas lo que llegaste a sentir. Y a veces ni si quiera le consideras una persona importante, pero ahí esta, y cuando esta presente, cuando le recuerdas, recuerdas todo aquello en lo cual habías puesto empeño en ocultar y sabes que por mucho que quieras tienes que hacerle ver que estas dispuesta a volver a intentarlo, hasta que lo que estéis creando acabe con vosotros, incluso acabe haciendo que os odiéis. Porque prefieres eso, a tragarte tus palabras todos los días viendo como ambos sois felices juntos pero estáis separados. Y la verdad es que el amor al igual de bonito es injusto, maligno y te hace comprender que sufrir mas adelante conlleva un regalo y que si fuera fácil, si no derramara lagrimas de vez en cuando, o callara cosas por orgullo, si no hiciera daño sin querer o incluso queriendo cegado por los celos, si no fuera egoísta a la vez que generoso, no seria amor. Porque el amor no es ser feliz, es querer a una persona incluso cuando no eres feliz. Porque el amor no es un sentimiento, es una balanza de sensaciones que te hacen crecer como persona, es un mapa indescifrable, un juego interminable, un camino de subidas y bajadas, una rosa oculta bajo sus espinas, un arco iris acompañado de sol y lluvia, unas mejillas sonrojadas, mariposas en el estomago, una cabeza alzada, una mirada desviada, una sonrisa o una lagrima. El amor es vida.

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