martes, 31 de julio de 2012

She, like all, is unique.


Ella siente tras ese muro de orgullo, construido por fracasos, lagrimas que jamas fueron derramadas y heridas visibles tan solo para sus ojos que han cicatrizado en su interior. No es una muñeca de porcelana, cuya cara expresa amargura por gusto, pues como todas las demás victimas del temprano e inoportuno primer amor, su aun inmaduro corazón hace de este sujeto al que yo llamo Virginia, tu llamas Ariana y otros de otra forma, sentirse solo, acompañado de personas que no le aportan lo suficiente como para poder derribar ese muro de incertidumbre y de añoro, de sentimientos que oculta y volver a ser la pequeña princesa. En mi opinión, ese sentimiento "amor", que a algunos mata de felicidad y a otros de desdicha, no es mas que una droga y la primera vez que te topas con el, te atrapa sin dejar que escapes y nunca escaparas de tu primera dosis. Vendrán mas, pero siempre recordaras ese pequeño impulso, esa mirada, o su sonrisa, cualquier insignificante hecho que te haya llevado a entregar tu corazón, a dejar de ser princesa para fingir ser una reina, pero al final, todo reino cae. Pues yo se que tras esa mascara de orgullo, dentro de Virginia sigue habiendo una chica, cuyo muro se derriba cuando el y solamente cuando el, decide dejar de darle la espalda y ofrecerle de nuevo su mano. Tonta pequeña princesa, pues no llegaras a ser reina hasta que te des cuenta de que fingir ser quien no eres no funciona con tu mas preciado enemigo, pues el es quien te mata. Te disfrazas de chica fuerte, de guerrera, evitando que cualquier otra insignificante alma, puede que mucho mejor para ti, traspase esas cicatrices que tu única droga consiguió abrir una vez y tantas como quiso a su antojo. No permites que nadie mas sea especial, pero dejas huella en todos tus plebeyos, como un juego. Si a ti te hicieron daño, crees que tienes el derecho de hacerlo tu también. Pero en vez de robar corazones ajenos, deberías de aprender a que solo seras fuerte si recuperas el tuyo. Toda chica tiene derecho a ser reina, hay reinas buenas, que sonríen, perdonan y temen, temer no se considera un crimen. Y hay reinas malas, que juegan, pierden el miedo y el derecho a ser consideradas personas. Pero se con certeza, que tras toda reina buena hubo una reina mala y tras toda reina mala hay una buena, así que no pierdo esperanza con Virginia ni con Ariana. Chicas que decidieron levantar un muro de orgullo, porque nadie les demostró que cuidarían de ellas. Se protegen mutuamente y saben jugar mejor que nadie. Ambas sufrieron la sobredosis de su primer amor y ambas comprendieron que ser la reina mala te protege y ser la reina buena es de débiles. Ellas son fuertes y no caerán, porque ganan, siempre ganan.

Todas somos reinas y tras nuestra apariencia, sea cual sea, todas llevamos un vestido.

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